La Esperanza para la Inmaculada.

A una semana del Besamanos a Ntra. Sra. de la Esperanza (+info aquí), la Virgen amanece ataviada para el mes de la Inmaculada Concepción y su Triduo (Días 2, 3 y 4 de Diciembre).

Luce de una manera inédita en los casi 4 años de la pequeña historia de la hechura de la Virgen.
Para ello lleva, saya de brocado valenciano, en su cintura porta cíngulo de hilo de oro rematado en flecos de bellota.
Sobre sus sienes se presenta un manto azul de damasco rematado por la toca de sobremanto de mantilla plateada donada hace unos años.
Aparece con un tocado realizado a tul beige rematado por una fina mantilla del siglo XIX, bordada en tul y sedas de la misma tonalidad. Tanto en su pecho como en el cíngulo, presenta numerosas joyas. Se remata este trabajo con la corona de novia de la Virgen, que cuenta ya con más de 50 años, realizada artesanalmente usando perlas y otros materiales y una aureola de orfebrería cedida para la ocasión. Como detalle, es la primera ves que la Virgen luce anillos en sus manos, estos son de oro y también cuentan con una importante antigüedad. En la mano derecha cuenta con la rosa de plata, como símbolo de gloria.

La Esperanza nos baja del cielo, vestida de oro y con doce estrellas sobre su cabeza, tal y como cuenta el pasaje del apocalipsis.

Reposición al Culto de Nuestra Señora de la Esperanza

Tras meses de restauración a cargo del futuro escultor Pablo Gallardo, Nuestra Señora de la Esperanza ya se encuentra de nuevo entre nosotros. Y lo hace ataviada de luto en honor a los difuntos, ya que estamos en el mes de Noviembre. La restauración ha consistido en sustitución de los brazos, por unos nuevos, así como corrección y resaltados de varios elementos del rostro y cuello.

La Imagen luce, saya negra con un fajín de patas rematado por unos delicados borlones de canutillo, este se corona con una pulsera de plata y azabache en la cintura de la Esperanza. Posteriormente un tocado a tréboles, con el puñal de Fernando Marmolejo colocado en el lado izquierdo y rematado en su parte inferior con una rosa de encajes. El rostrillo, se muestra más bien suelto y enmarcando el rostro de la Virgen para su mayor lucimiento. Todo ello terminado con el manto negro rematado por un fino encaje dorado y la corona plateada. Se nos muestra una virgen sencilla. Para acabar. la posición de las manos sujetando el pañuelo de tul y sedas bordados de finales del S.XIX.

A continuación una amplia galería fotográfica.

Bienvenida Esperanza

Fotografías: Manuel Casiano Fernández